El pasado 11 de mayo estuvimos de visita cultural en la ciudad de Málaga con un grupo de 53 alumnas y alumnos de 4º ESO de nuestro instituto. La que llaman Málaga la Bella nos abrió nuevamente sus puertas mostrándonos el encanto de una preciosa ciudad tan cercana y tan acogedora. Lástima que la lluvia nos mojara y no nos permitiera disfrutar 100% del viaje.
Al llegar nos dirigimos al anfiteatro romano. Están de obras (para variar), excavando una nueva parte del mismo. Ya está todo vallado y los escalones "peligrosos" ya no son accesibles. José Luis ya no hubiera tenido ningún contratiempo este año (como nos acordamos de él allí).
Pero empezó a llover y nos fuimos al Museo Picasso, entrando por la puerta de grupos (está al ladito del anfiteatro). Repartimos los grupos, dos entraron a las 12 y el tercero a las 13 horas. La visita al Museo con una guía especializada, hizo nuestra visita muy amena. En vez de ir viendo cuadro a cuadro, se detuvo en unas 5 ó 6 obras, haciendo participar a nuestro alumnado de forma activa, por lo cual la duración de la visita (algo más de una hora por grupo) se hizo amena y entretenida. Los chicos y chicas descubrieron otra forma de ver los cuadros picassianos, aportando cada cual sus propias ideas. A repetir, siempre con guía, mucho mejor que el año anterior.
Pero a los niños-as lo que más les apetecía era ir de tiendas. Y fuimos. Calle Larios, entorno de la Plaza de la Constitución. Compraron alguna ropa: cinturones, camisetas. Para los chicos de Iznalloz, de Bogarre o de Campotéjar estar en un lugar tan cosmopolita les sorprende siempre. Había mucha animación por las calles, a pesar del líquido elemento, que nos impidió acercarnos al puerto como el curso pasado.
La visita a la Catedral quedó frustrada por un malentendido de última hora, y hay que decir que la lluvia también fue protagonista de esta circunstancia. Y el autobús que no llegaba cuando todos estábamos chorreando. En fin, luego todo esto se recuerda como anécdota divertida.
Participamos del departamento Isabel Carrasco, Carmen Rojas y el que suscribe. Y a destacar el comportamiento de todos los niños y niñas. A veces me sorprendo de ellos, lo mejor del viaje sin duda compartir esos ratos que rejuvenecen.
Jacinto Morente.
Al llegar nos dirigimos al anfiteatro romano. Están de obras (para variar), excavando una nueva parte del mismo. Ya está todo vallado y los escalones "peligrosos" ya no son accesibles. José Luis ya no hubiera tenido ningún contratiempo este año (como nos acordamos de él allí).
Pero empezó a llover y nos fuimos al Museo Picasso, entrando por la puerta de grupos (está al ladito del anfiteatro). Repartimos los grupos, dos entraron a las 12 y el tercero a las 13 horas. La visita al Museo con una guía especializada, hizo nuestra visita muy amena. En vez de ir viendo cuadro a cuadro, se detuvo en unas 5 ó 6 obras, haciendo participar a nuestro alumnado de forma activa, por lo cual la duración de la visita (algo más de una hora por grupo) se hizo amena y entretenida. Los chicos y chicas descubrieron otra forma de ver los cuadros picassianos, aportando cada cual sus propias ideas. A repetir, siempre con guía, mucho mejor que el año anterior.
Pero a los niños-as lo que más les apetecía era ir de tiendas. Y fuimos. Calle Larios, entorno de la Plaza de la Constitución. Compraron alguna ropa: cinturones, camisetas. Para los chicos de Iznalloz, de Bogarre o de Campotéjar estar en un lugar tan cosmopolita les sorprende siempre. Había mucha animación por las calles, a pesar del líquido elemento, que nos impidió acercarnos al puerto como el curso pasado.
La visita a la Catedral quedó frustrada por un malentendido de última hora, y hay que decir que la lluvia también fue protagonista de esta circunstancia. Y el autobús que no llegaba cuando todos estábamos chorreando. En fin, luego todo esto se recuerda como anécdota divertida.
Participamos del departamento Isabel Carrasco, Carmen Rojas y el que suscribe. Y a destacar el comportamiento de todos los niños y niñas. A veces me sorprendo de ellos, lo mejor del viaje sin duda compartir esos ratos que rejuvenecen.
Jacinto Morente.